Con todos los títulos ya decididos, y sin ser puntuable para ningún certamen, este próximo sábado 12 de diciembre, el Circuito del Jarama acogerá el que han decidido llamar Rallye Comunidad de Madrid RACE. Y digo que lo han decidido llamar así ya que una prueba en la que no se puntúa para ningún campeonato, no tiene tramos al uso, y en el que los equipos pueden tener más de un copiloto, para mi, no es un rallye. No se trata de una crítica. Es una iniciativa estupenda, y como evento promocional es algo magnifico, pero es algo distinto a un rallye.
Lejos queda cualquier comparación con el Monza Rallye Show, máxime en esta temporada, donde la importancia de los tramos fuera del circuito ha sido tremenda. Además, en Italia vemos como el trazado del circuito se varía de forma notable, algo que no ocurre en la versión española, donde las modificaciones son mínimas.
Sea como fuere, se trata de un fin de fiesta, y una oportunidad para que el público menos acostumbrado a los tramos pueda disfrutar de los vehículos de los rallies de una forma cómoda, sencilla, y bastante cercana.
Una climatología complicada
En principio, las previsiones nos hablan de que, durante las dos jornadas previas a la celebración de este fin de fiesta, la lluvia está prácticamente asegurada. Ya vimos la pasada campaña lo que puede ocurrir con el barro en la zona de tierra que deberán afrontar los equipos en dos de las cuatro pasadas que se darán por el circuito.
Para esta temporada, la zona de tierra se limita tan solo a la parte exterior de la curva de Farina, la que menos problemas presentó a los equipos la pasada edición. Pero, al igual que ocurrió con el Rallye de Tierra de Madrid, el terreno lleva bastante agua acumulada, y podría complicarse fácilmente.
Para el sábado, jornada en la que se desarrollará el evento, no se prevén lluvias. Las temperaturas serán frías, y difícilmente se superarán los 15 grados centígrados, por lo que lograr que los neumáticos tengan una temperatura suficiente para funcionar será complicado.
El recorrido, conocido por todos
Para este evento, el RACE ha organizado un recorrido en el que han dividido algunas zonas del trazado del Jarama en dos partes. Se busca evitar las zonas conflictivas en las que se podían encontrar dos participantes, como es la salida, y la entrada a la meta, así como la salida hacia la zona de tierra y el retorno al asfalto en las pasadas mixtas.
Para entender el recorrido, lo mejor es acudir a los planos que ha preparado el RACE. Las pasadas mixtas (la segunda y la cuarta), han visto acortada la zona de tierra con respecto a la pasada edición, siendo tan solo la zona exterior de la curva de Farina.
Se mantendrán las habituales chicannes repartidas por todo el trazado, con dos en la recta principal del circuito, una en la rampa Pegaso, otra en Ascari, y una última justo antes de encarar la bajada hacia la curva de Bugatti.
Se harán un total de cuatro pasadas al circuito, con cinco vueltas en cada pasada. En las pasadas mixtas, los equipos deberán tomar la zona de tierra tan solo en las vueltas dos y cuatro, siendo el resto por la zona habitual del circuito.
El espectáculo será lo más importante en el Jarama
Por desgracia, el RACE, organizador de la prueba, aún no ha informado sobre si han recibido permiso por parte de la Comunidad de Madrid para la presencia de público en este evento. Mucho nos tememos que, dado el poco tiempo que falta, y que será necesaria la inscripción para acceder al circuito, la respuesta haya sido negativa, y finalmente este evento, que no debería ser más que un espectáculo para el público, se celebrará a puerta cerrada.
Ocho vehículos de la categoría R5, con los primeros espadas del CERA, seis N5, dos R4, y tres Porsche serán los principales ingredientes de este cóctel. Veremos a Pepe López, José Antonio Suárez, Iván Ares, Surhayen Pernía, Luís Vilariño, Francisco López Pacheco, y los pilotos del Rallye Team Spain, Efrén Llarena y Jan Solans haciendo las delicias de los asistentes. Los pilotos locales tirarán de los siempre atractivos N5, con Alberto Monarri, Fernando Navarrete, Álvaro Lobera, o Chema Reyes, siendo Óscar Palomo la nota discordante entre los N5. Por supuesto, estarán los dos Suzuki Swift R4llye S de Javier Pardo y Joan Vinyes, y en el apartado de los GT alemanes tendremos a los hermanos Vallejo, Iñaki Zozaya, y Jesús García.
También veremos en el Jarama a Carlos Moreno, en la que será su primera aproximación a una prueba nacional. Moreno participará con el Ford Fiesta R5 que ha pilotado esta temporada en varias pruebas de la Comunidad Valenciana y Murcia, aunque sin demasiada suerte.
Los Suzuki mandan en Dos Ruedas Motrices
En el apartado de Dos Ruedas Motrices, pocos son los equipos que se desplazarán a Madrid a disputar este evento promocional sobre el trazado del Jarama. Josep Bassas, Alejandro Cachón y Sergi Francolí serán los que representarán a los nuevos Peugeot 208 Rallye 4, mientras que Álvaro Pérez Abeijón hará lo propio con el veterano Peugeot 208 R2. Los Renault Clio Rallye 5 también tendrán representación, con el Campeón de la Clio Trophy, Jorge Cagiao, y sus rivales José Álvarez y Ramón Cornet.
Pero si habrá una copa monomarca representada en toda su plenitud en este evento en el Circuito del Jarama, esa será la Copa Suzuki Swift. Nada menos que 17 Suzuki Swift Sport de la última generación aparecen en la lista de inscritos. Destacan, obviamente, los contendientes en la monomarca nipona. Su campeón, Miguel García, Pablo Pazó, subcampeón, Juan Carlos Fernández, Diego Félix, o Aarón Zorrilla, campeón júnior.
Tampoco faltará a la cita una de las parejas más queridas por la afición. Hablamos, como no, de José Calvar y Eva Costas, que volverán a dar espectáculo a bordo de su pequeño Seat Marbella GL, con el que tan habitual es verlos aparecer de lado en cualquier curva de cualquier tramo del nacional.
Una cuestión de gustos
Como decía al comienzo de este previo, la disputa de esta cita en el Circuito del Jarama es algo que considero necesario, y beneficioso para los rallies españoles. Si os fijáis bien, no he utilizado el termino Rallye, más allá de repetir el nombre que le ha dado el RACE a esta cita. Me considero de la vieja escuela, y me niego en rotundo a considerar esta prueba un rallye. Pero, en cualquier caso, la discusión de su nomenclatura es lo de menos. Se trata de un evento que pretende acercar los rallies al público más general, y promocionar el deporte, y eso siempre es algo bueno.
Desde luego, a título personal, prefiero que se trate de un evento de estas características, que no puntúe, ni pueda decidir ningún título, a lo ocurrido la pasada campaña, en la que el SCER se decidió en el circuito.
Esta prueba cuenta también con muchos detractores. Compartía su opinión cuando se trataba de una cita puntuable, pero ahora que estamos hablando de un evento promocional, y así se lleva definiendo desde el comienzo de la temporada, sinceramente, no le veo ningún problema.
El mayor inconveniente para esta cita en el trazado madrileño, podría ser la ausencia del público, provocada por la pandemia. No es algo achacable a la organización, y espero que se supla con algún tipo de difusión vía streaming. Al menos, esta temporada los patrocinadores tendrán un lugar donde lucir sus colores, y plantear acciones de cara a otras temporadas, en las que el COVID-19 espero que no sea más que un mal recuerdo. Nos vemos en las cunetas, o mejor dicho, en el circuito.