Desde que se conoció a finales de la pasada campaña la intención de la RFEdeA de hacer del SCER el único campeonato en España, las opiniones han sido muy diversas. Prácticamente todos están/mos convencidos de que el salto al SCER, o mejor dicho, a un campeonato mixto, era conveniente, pero la pregunta realmente es: ¿era el momento?
Personalmente opino que este no era el momento, y menos aún de la forma en la que se ha hecho. Llevamos años con un eterno debate en el hasta ahora conocido como Campeonato de España de Rallies de Asfalto para reducir el número de pruebas. Era un debate que siempre ponía sobre la mesa los altos costes de seguir todo el campeonato, con un número de citas que oscilaba entre 10 y 11. Ahora, pasamos a necesitar los kits para tierra y para asfalto, y, además, nos vamos a un total de 13+1 pruebas. Solo se puede puntuar en 10, estoy de acuerdo, pero los costes ya han subido al tener que comprar los kits para tierra y para asfalto.
Habrá quien decida quedarse en la nueva CERA, que cuenta con 9 pruebas, pero en ese caso, más vale que sus patrocinadores estén interesados en dejarse ver en la zona norte peninsular, o de poco servirá el programa deportivo propuesto.
La pandemia, el otro gran inconveniente
Tampoco parece el mejor momento para tratar de sacar adelante un total de tres campeonatos, SCER, CERA, y CERT, con 19 citas en total, cuando en 2020 a duras penas se han podido celebrar 8 pruebas, más el espectáculo del Jarama.
Se puede argumentar que en 2020 el calendario inicial estaba formado por 18 citas. Tan solo una menos. Pero lo cierto es que cuando se publicó dicho calendario, la pandemia aún no había llegado a Europa, o al menos no lo sabíamos.
Ya se ha retrasado el arranque de la temporada en Lorca a finales de abril, dejando ahora al Rallye Sierra Morena la papeleta de tratar de arrancar el SCER y la CERA.
Vuelta al suministrador único de gasolina
Lo vivimos hace ya unos cuantos años. En el último minuto, y casi por sorpresa, la RFEdeA de Carlos Gracia decidía que Panta sería el único suministrador de gasolina del CERA. Los quebraderos de cabeza de los equipos fueron tremendos, descubriendo en aquel entonces en el Rallye Islas Canarias, uno de los que mayor inversión supone, que el rendimiento de sus motores cambiaba drásticamente con el nuevo combustible.
Además, había patrocinios ligados a marcas de combustibles, que se veían afectados. Aquello fue un auténtico problema para todos, y tres años más tarde se volvía a liberalizar el combustible, tras las quejas de todos los implicados.
Ahora, la RFEdeA de Manuel Aviñó vuelve a poner en practica lo mismo. Suponemos que esperan un resultado distinto, pero parece complicado. A estas alturas ya deberíamos saber quien será el proveedor, aunque el atraso de Lorca da cierto margen. Al menos eso deberíamos haber aprendido de la lección anterior.
El peor momento económico
No hace falta tener grandes conocimientos económicos para entender la magnitud de los problemas económicos que trae consigo la pandemia que estamos viviendo. Prácticamente todos los sectores industriales están pidiendo ayudas económicas, y será complicado conseguir inversiones.
Hay quien me dirá a esto que muchos de los patrocinadores que vemos en los equipos, son la empresa familiar de uno, o de otro. En realidad, es lo mismo. Si la empresa de x piloto, o de su mecenas, está pasando apuros económicos, probablemente una de las primeras cosas que desaparezca sea el dinero para los rallies. Si encima la inversión necesaria aumenta, tenemos un cocktel muy peligroso.
Puede que esto afecte en menor medida a los equipos “grandes”. Los pequeños, reutilizarán en muchos casos el material de la pasada temporada. Pero ¿estamos seguros de que el grueso de los inscritos en un rallye podrá cubrir los gastos? Está claro que al menos, el esfuerzo deberá ser mayor que en otras ocasiones.
El seguimiento del SCER en sus dos primeras temporadas
Dejo para el final una de las partes más complejas, y que más dudas me genera a mi mismo. Parece indiscutible que, para formar pilotos más completos, la opción de un campeonato mixto es la mejor. El problema quizás está en cuantos pilotos quieren formarse de una forma más completa.
Me explico. En 2019, hubo 15 equipos que participaron en alguna cita del SCER. 12 si eliminamos a los que faltaron a 4 o más pruebas. En 2020 encontramos un total de 24 equipos que participan en alguna cita del SCER, pero de nuevo, si eliminamos a los que faltan a 4 o más pruebas, la cifra desciende hasta 14. En esa lista se nos cuelan José Antonio Suárez, Joan Vinyes y Jorge Cagiao, que solo participaron en el CERA, pero estaban inscritos en el SCER. Si los descontamos, tenemos a solo 11 equipos compitiendo realmente en el SCER.
Son números realmente muy bajos, y mientras que las pruebas de tierra, y algunas de asfalto, tendrán la cobertura del CERT y CERA respectivamente, otras muchas no encontrarán ese apoyo en la lista de inscritos.
Por ello, creo que quizás el salto de dejar al SCER como campeonato único, haya sido algo precipitado. No estoy en contra del cambio, ni mucho menos, pero si opino que habría sido mejor esperar al menos uno o dos años más. También debo confesar que siempre fui un defensor del formato anterior del SCER, que no despojaba al CERA y al CERT de sus merecidos galones, pero eso es ya otro tema.