La idea de MotorMediaPress es hablar sobre los Campeonatos de España de Rallies, pero, en ocasiones, mi afición por el motor me lleva a tener ganas de escribir sobre otros eventos del Mundo del motor. Este fin de semana, ha arrancado el Campeonato del Mundo de Rallies 2016, y todos hemos tenido la vista puesta en el Rallye de Montecarlo. Se trata de una de las pruebas de mayor prestigio en todo el Mundo, y, por ello, hay algunos detalles sobre su desarrollo que me gustaría comentar.
Todos conocemos ya el resultado. Sebastien Ogier ha conseguido una victoria más para su palmarés, llevándose además la Power Stage en un apretado duelo con Dani Sordo. Pero antes de nada vamos a comenzar hablando de la cobertura mediática que ha tenido la prueba. Ha sido la primera prueba que hemos podido seguir desde el nuevo acuerdo al que ha llegado Movistar +, aunque, al fin y al cabo, la mayor parte de la cobertura se ha realizado desde Canal + Deportes y con un equipo ya conocido, y que, aunque es plenamente solvente, tiene también cosas que mejorar. Por ejemplo, los comentarios de los Highlights de cada etapa, en los que se dejan escapar cosas importantes sobre lo acontecido durante la jornada, en silencios de varios segundos, donde se puede ver que, el locutor, probablemente está leyendo un pequeño guión escrito con ciertas prisas, que da la sensación que ha pasado por manos poco expertas en lo que a rallies se refiere. Por poner un ejemplo, decir en la primera etapa que Ogier atacaba a fondo desde el primer tramo, para después escuchar al francés decir que prefirió no tomar riesgos innecesarios. Son pequeños detalles, pero que sacan a relucir que el trabajo se ha hecho con prisas. Cierto es que el montaje ofrecido por el promotor llega muchas veces tarde, y con el tiempo justo, pero el guión se puede preparar durante toda la jornada, y al recibir las imágenes, solo es necesario encajar las partes, y hacer pequeños retoques para grabar la locución, y emitir el programa.
Por el contrario, los comentarios hechos durante los tramos en directo tienen muchas menos pegas, a pesar de tener el inconveniente de tener que realizarse en el momento en el que ocurre la acción. La experiencia de Carlos del Barrio ayuda mucho en esta labor, no cabe duda. Pero, aquí, la crítica va hacia el promotor del campeonato, que al fin y al cabo es el que realiza la labor de proporcionar las imágenes. Resulta más que palpable el afán por no mostrar ningún vehículo que no esté dentro de la categoría reina, dejando al resto de categorías relegadas a, en el mejor de los casos, un pequeño hueco en los resúmenes de cada jornada. Esto ha sido especialmente palpable en los dos tramos emitidos el domingo, donde se pudieron ver varios participantes de la categoría WRC 2, como Elfyn Evans, el cual aparecía sin tapujos, al estar bajo el paraguas de M-Sport, Armin Kremer, Esapekka Lappi, o Quentin Gilbert. Al verlo me alegré, pero pronto vi que se trataba de un error, cuando de pronto se acabó la emisión en directo, y esta pasó a rellenarse con cerca de 10 minutos de repeticiones sin sentido, y sin aportar nada nuevo.
Recuerdo con añoranza los tiempos de Canal + en el Rallye de Cataluña, donde veíamos incluso algunos coches del Grupo N en las retransmisiones en directo, algo impensable en los tiempos que corren. Quizás por cosas como estas, estamos viendo como ha desaparecido la categoría R-GT, completamente vetada en las retransmisiones televisivas, o como las listas de inscritos de muchas pruebas se ven mermadas de forma importante. ¿Para qué hacer el esfuerzo económico y logístico de acudir a una prueba del Mundial de Rallies si aunque consiga un buen resultado voy a ser invisible en los reportajes oficiales?
Luces y sombras deportivas
Dejando a un lado otro tipo de opiniones, ahora voy a centrarme en el apartado puramente deportivo, donde Sebastien Ogier ha añadido una prueba más a su cuenta personal, consiguiendo entrar en el selecto club que forman Sandro Munari, Walter Röhrl, Tommi Mäkinen y Sebastien Loeb, que son los únicos que han conseguido tres victorias consecutivas en Montecarlo. La sombra dentro del equipo Volkswagen se la vuelve a llevar Jari-Matti Latvala, que ha marcado un nuevo cero en esta prueba, y encima se lleva una discutible multa por atropellar a un espectador en su salida de pista, y no detenerse a ayudarle. En este punto hay quien dice que si lo vio, mientras que el finés asegura que no, pero otros dicen que al final del tramo pidió al jefe de tramo que enviase ayuda. No entraremos en este debate. La norma es la que es (hay que pararse si eres consciente de que has atropellado a alguien), y solo Latvala, su copiloto, y la organización saben realmente lo que ocurrió. Tampoco hay que pasar por alto la actuación de Andreas Mikkelsen, que con el tercer Volkswagen Polo R WRC ha conseguido el segundo puesto a base de saber mantenerse en pista, con un ritmo aceptable, que no destacable.
Siguiendo el orden de clasificación, hay que hablar de Hyundai. La marca coreana parece haberse puesto boca abajo en esta primera cita del mundial. Si en 2015 Thierry Neuville la liaba una prueba tras otra, en esta primera cita del 2016 el belga ha demostrado una gran solvencia, aguantando el tipo durante toda la competición, y sin correr ningún riesgo innecesario. Solo los problemas de diferencial en la Power Stage han empañado la actuación de Neuville. Por su parte, Dani Sordo cometía un error tonto, y se dejaba todas sus posibilidades de hacer algo importante en este rallye en un talud, donde partía una llanta, y dañaba la caja de cambios. Esto, unido a la falta de confianza de la primera etapa, echaba a perder el Monte del piloto cántabro, que solo se solucionaba con sus buenas actuaciones televisadas, y además los dos puntos que conseguía al ser segundo en la Power Stage. En cuanto a Hayden Paddon, lo cierto es que prefiero no valorarle, puesto que su toque fue un error que podía haberle pasado a cualquiera. Además, competía con una unidad anticuada del i20 WRC, por lo que los condicionantes eran demasiados como para entrar a valorar su actuación.
M-Sport ha cubierto la papeleta, con Mads Ostberg cuarto en una prueba complicada. El noruego ha hecho bien su trabajo, readaptándose a un coche que dudo mucho que evolucione durante toda la temporada, puesto que el equipo de Malcolm Wilson prefiere dedicar sus contados recursos económicos a desarrollar el coche que más dinero le está reportando en este momento, el Fiesta R5 EVO, y el WRC de la próxima temporada. No hay nada que reprochar en esto, pero la situación de sus pilotos para este 2016 es realmente difícil, precisamente porque saben que el material del que disponen difícilmente será capaz de plantar cara al del resto de sus rivales. En cuanto a Eric Camilli, creo que ha sabido evolucionar de forma positiva, hasta que ha cometido un error que, al igual que en el caso de Paddon, se ha producido en una zona realmente complicada por el hielo, y en la que una salida de pista era lo menos que podía ocurrir. Ott Tanak, por su parte, con el coche de DMack ni ha estado en la pomada, ni se le esperaba, o al menos yo no le esperaba. En las pruebas de tierra es posible que se meta en la lucha, e incluso en Suecia, con la nieve, pero en asfalto seco, sus neumáticos, y su pilotaje, creo que están lejos del nivel de sus rivales. Tampoco sabemos realmente el nivel de su coche, si es un vehículo que estará al mismo nivel que los de M-Sport, o si, por el contrario, no contará con las últimas evoluciones, y un mantenimiento adecuado.
Me he dejado para el final el único equipo “no oficial”, el Abu Dhabi WRT. Lo pongo entre comillas porque, al igual que cuando desarrollaron el C4 WRC, Citroën ha aprovechado un agujero del reglamento para poder hacer todos los test que quieran a base de no inscribirse como marca en el campeonato 2016. A pesar de todo, Kriss Meeke se ha encargado de demostrar el buen rendimiento que puede ofrecer el DS3 WRC, aunque hay que ser capaz de ver algunos detalles. Mientras que Ogier no ha cometido errores, y se veía en los tramos en directo que tenía algunos márgenes, Meeke iba subiéndose casi literalmente por las paredes. Ya lo demostraba en el primer tramo con un trompo, pero es que, si vemos sus imágenes, es fácil encontrarle apoyando en algún banco de nieve como si estuviésemos en Suecia, y con el coche completamente de lado. Esto, unido a la fama de Meeke de meterse en líos con salidas de pista, e infinidad de toques, hace un cocktail peligroso. Pero el abandono de Meeke en esta prueba hay que achacarlo a la mala suerte. Se encontró con una piedra que en la primera pasada por ese tramo no estaba ahí, y que debió sacar algún rival al cortar del mismo modo que hizo el norirlandés. En el otro lado está Stephane Lefebvre, que ha sabido mantenerse, al igual que han hecho Mikkelsen o Neuville. Cierto es que en la Power Stage se le ha visto completamente despendolado, haciendo cruzadas impresionantes, pero creo que ha sido más un fruto de unos neumáticos superblandos muy castigados, que de un ataque sin medida.
Los otros españoles
En cuanto al papel de los otros dos pilotos españoles en esta cita, debo decir que tengo sensaciones encontradas. Por su parte, José Antonio Suárez ha conseguido ser sexto en la categoría WRC 2. Si lo comparamos con Dani Sordo, el resultado es similar, pero lo cierto es que el asturiano se ha metido en toda clase de líos durante las cuatro jornadas de competición. Se atascó dos veces en la nieve, en zonas realmente delicadas (todo hay que decirlo), y se salió en la misma zanja que Latvala, saliendo de allí ayudado por el público. Esta parte me recuerda a la falta de sensatez mostrada por “Cohete” en rallies como aquel Príncipe de Asturias donde dio varias vueltas de campana con el Renault Clio R3, pero, por el contrario, ha hecho tiempos muy respetables, haciendo apuestas difíciles en el apartado de neumáticos, que nos hacen ver la madurez que Suárez demostró por ejemplo la pasada temporada en Francia.
Por su parte, Fran Cima se ha mostrado sorprendido por la dureza del Monte. Supongo que les pasará a muchos pilotos la primera vez que corran allí, a pesar de lo que nos cuenta la historia. En lo que respecta a la Clio R3T European Trophy, la actuación de Cima ha estado en la media. El asturiano ha conseguido alcanzar la meta, lo cual es un gran logro en un Montecarlo complicado por el hielo. Por el contrario, sus tiempos han estado lejos de la cabeza de carrera en todo momento, lo que deja claro que, aunque el asturiano ha evolucionado mucho en su pilotaje, y era un digno merecedor de su plaza para participar en esta prueba, el nivel del Trofeo Ibérico Clio R3T no estaba a la altura de otros trofeos regionales.