El Circuito del Jarama acogía este fin de semana la última cita del Campeonato de España de Rallies de Asfalto. Como ya comenté en el previo de la prueba, este evento no iba a ser un rallye al uso. Se ha tratado de un evento promocional en el que se buscaba dar la mayor visibilidad posible al campeonato, y a las marcas involucradas. El objetivo se conseguía gracias a las 1.200 entradas que se repartían, y la retransmisión por streaming que se realizaba del evento.
Hubo mucha gente que no entendió este formato, quizás por mantener la palabra rallye en su nombre, o quizás por el empeño en hacer obligatoria la asistencia si se quería obtener algún título. Pero, seamos sensatos. ¿Realmente pensamos que una marca no acudiría a un evento promocional en la capital?
Por si el carácter promocional de este evento no había quedado claro, hay dos decisiones de los Comisarios Deportivos de la prueba que dejaban claro que esto no era una competición al uso. Primero, se eliminaban los dos minutos de separación entre la salida de los pilotos prioritarios, y de las copas de promoción. Esto podría ser algo simbólico, para agilizar la jornada. Pero es que, al terminar la prueba, se decidía que tampoco habría verificaciones finales, por lo que algún equipo podría haber realizado modificaciones en su vehículo, sin consecuencias.
1.200 entradas, pero pocos espectadores
Menos de dos horas iban a durar las 1.200 localidades que se ponían a disposición del público en el Circuito del Jarama. Parecía que el evento iba a ser todo un éxito a nivel de público, con 800 de esas localidades centradas en la zona del Supersiete. Pero la realidad iba a ser bien distinta.
Las gradas se encontraban prácticamente vacías, al igual que la pelouse. Ni de lejos se alcanzaban las cifras de entradas puestas a disposición del público, con lo que suponemos que muchos aficionados se apuntaron, pero finalmente no acudieron. Habrá que dar una vuelta al concepto, o pensar en los motivos que los llevaron a no acudir a disfrutar de esta jornada.
Pepe López vencedor, a pesar de no ser el más rápido
Cómo decía, pocos parecieron entender el espíritu de este evento, y desde la primera pasada al Jarama, que se realizaba en sentido inverso al habitual, ya veíamos que algunos equipos se estaban tomando la prueba demasiado en serio. Buena prueba de ello era que los cinco primeros clasificados estaban en un pañuelo de menos de 5 segundos, con el sexto ya a 16 segundos del mejor crono.
El resumen de la prueba era que Pepe López lograba ser el más rápido en la primera pasada, aunque Efrén Llarena le superaría en las dos siguientes, siendo Iván Ares el más rápido en la última. Los cronos serían muy ajustados en todas las pasadas, y lo cierto es que, en términos absolutos, Llarena sería el más rápido de la jornada. Las penalizaciones por desplazar algunos de los elementos que delimitaban las chicannes que se esparcían a lo largo del circuito, así como la entrada y salida de la zona de tierra, iban a decidir el resultado final.
Pepe López se llevaba la victoria, sin tener una sola penalización, por delante de José Antonio Suárez, e Iván Ares. El cuarto lugar sería para Efrén Llarena, que era quien más penalizaba de los cuatro. Surhayen Pernía, tras comenzar el día en los tiempos de los más rápidos, terminaba como quinto clasificado, ya a 37 segundos del vencedor.
El Jarama nos deja a un N5 superando a los R4
Por primera vez esta temporada pudimos ver, no solo a uno, si no hasta tres N5 superando a los R4 oficiales de Suzuki en una prueba del CERA. Alberto Monarri era quien lograba esta hazaña, acompañado de un Óscar Sarabia que acudía a la cita con el Suzuki Swift R+ con los colores oficiales. También Fernando Navarrete con el Kia Río N5 terminaría por delante de los Suzuki Swift R4ally S.
En honor a la verdad, Joan Vinyes habría sido más rápido que ambos, de no ser por la penalización que recibía por no realizar las pasadas por la tierra en las vueltas correspondientes, y desplazar varios elementos de las chicannes. En total, el andorrano sumaba un minuto y treinta y cinco segundos a su marcador, quedando a poco más de un minuto de Monarri en la general.
Cachón era el mejor en Dos Ruedas Motrices
Del mismo modo que ocurría en la general, Alejandro Cachón lograba ser el vencedor en el apartado de Dos Ruedas Motrices, aunque el más rápido sería Josep Bassas. El asturiano no iba a recibir ninguna penalización, mientras que Bassas acumulaba hasta un total de 25 segundos por tocar los elementos que delimitaban el recorrido en repetidas ocasiones. Sergi Francolí sería el tercero de la categoría, aunque a más de dos minutos del vencedor, aunque en este caso, el piloto catalán si que hacía las delicias del público presente, tirando su Peugeot 208 R2 en cada curva.
En lo que respecta a las copas monomarca, Jorge Cagiao volvía a imponer su ley entre los Renault Clio Rallye 5, seguido de Ramón Cornet y José Álvarez. Entre los Suzuki Swift de la Copa, Aingeru Castro lograba ser el más rápido, por delante de Juan Carlos Fernández y David Cortés.
Mención aparte merece la actuación de José Calvar y Eva Costas. Del mismo modo al que nos tienen acostumbrados en los tramos, la pareja gallega nos hacía disfrutar en cada una de las pasadas con su pequeño Seat Marbella. Poco importaban los más de tres minutos de penalización que se les aplicaban, por pasar más veces de las que tocaba por la tierra. Y es que, a pesar de llevarse un susto durante la mañana, estando a punto de volcar, Calvar y Costas continuaban con una sonrisa deslizando constantemente su pequeño Marbella.
La mirada puesta en 2021
La verdad es que el principal tema de conversación en todos los corrillos, asistencias, e incluso la radio oficial de la prueba, iban a ser las novedades del campeonato para 2021. Las novedades las comentaremos en breve en otro artículo, pero había opiniones para todos los gustos, y de casi todos los colores. Tan solo esperemos que la RFEdeA haya tomado buena nota de todas ellas, para así poder tener un gran campeonato el próximo año.
Por cierto, y para no herir sensibilidades, quiero aclarar que tanto en este artículo, como en el previo no he mencionado a los copilotos (salvo el caso expreso de Calvar) ya que, en esta prueba, los equipos podían tener a un copiloto distinto en cada pasada. Esto, como ya dije en el previo, es otra de las circunstancias que me llevan a no considerar esta cita como un rallye. Y es que, podremos llamarlo de muchas formas, pero está claro que esta undécima edición del Rallye Comunidad de Madrid – RACE, no ha sido un rallye.