Tramos nuevos, un esfuerzo ingente por parte de la Escudería Plasencia, pero de nuevo, el polvo volvió a echar a perder una edición más del Rallye de Tierra Norte de Extremadura. Tanto es así que solo se disputaron el 53% de los kilómetros cronometrados previstos, gracias a que el primer tramo fue neutralizado, que no anulado, lo que permitió que la prueba repartiese el 100% de los puntos en juego. De haber sido anulado, tan solo se habrían repartido el 50% de los puntos, y estaríamos hablando de algo muy diferente. Otra dificultad añadida llegaría tras la inspección del recorrido del Delegado de Seguridad de la RFEdeA, que obligaba a acortar el recorrido del tramo B, a tan solo 7,3 kilómetros.
Tanto el rallye, como el campeonato, iban a quedar prácticamente decididos en el primer tramo de la jornada. Una vez más, la falta de aire, y un terreno muy polvoriento, que lleva más tiempo del deseable sin recibir agua en forma de lluvia, se unían para que tan solo el vehículo encargado de abrir pista pudiese competir en condiciones normales. Eso le daba una clara ventaja a José Antonio Suárez, que era el único que disputaba en condiciones normales el primer tramo. El piloto asturiano marcaba el mejor crono, seguido de Juan Carlos Aguado, que cedía nada menos que 1 minuto y 27 segundos. Willy Villanueva sorprendía, mejorando el tiempo de Aguado en 7 segundos, aunque esto tenía cierto truco. Villanueva había penalizado un minuto en la salida, para evitar el polvo, lo que le suponía una penalización de 10 segundos. Al resto de participantes se les asignaba el tiempo de Aguado, con lo que ya partían con una “penalización” de un minuto y veintisiete segundos, lo que dejaba a Suárez como claro líder, con tan solo un tramo disputado.
José Antonio Suárez volvía a ser el más rápido en el segundo tramo, donde los pilotos de la Beca Júnior R2 sorprendían a todos, situándose a espaldas del piloto asturiano. Jan Solans lograba el segundo mejor tiempo, a solo 5 segundos del líder, seguido de Javier Pardo, que se dejaba 5,7 segundos, y de Efrén Llarena, que era cuarto, a 7,6 segundos de Suárez. Esto situaba también a los pilotos de la Beca Júnior R2 en segundo, tercer, y cuarto puesto de la general, por delante de un Gorka Eizmendi, que se dejaba 7,7 segundos a los mandos de su Ford Fiesta R5. Para encontrar a los aspirantes al título, debíamos ir hasta la décima plaza de Jorge del Cid, que cedía 24,5 segundos, o la undécima de Juan Carlos Aguado, que tenía problemas en un paso canadiense, cediendo 27,9 segundos respecto al líder.
La cruz de la prueba se la llevaba por el momento Alex Villanueva, que rompía la dirección asistida en el primer tramo, aunque allí le beneficiaba la neutralización del tramo. En la segunda especial, defensor del título, se dejaba 48,9 segundos respecto al líder, lo que le alejaba definitivamente de su lucha por una victoria que era indispensable para mantenerse en la pelea por el campeonato.
El polvo llevaba a la anulación de la segunda pasada por el tramo A, por lo que los equipos se dirigían directamente al tramo B. En este caso, la especial podía disputarse con normalidad, y esto servía para que Gorka Eizmendi marcase el mejor crono, a pesar de sufrir un pinchazo a un par de kilómetros del final. Esto hacía que Eizmendi escalase a la segunda plaza de la general, tras superar a los pilotos de la Beca Júnior R2, que, a pesar de todo, continuaban marcando un ritmo muy alto. Alex Villanueva solucionaba sus problemas con la dirección asistida, y marcaba el segundo mejor crono, a 6,1 segundos del piloto vasco. José Antonio Suárez, por su parte, se conformaba con el cuarto mejor tiempo, cediendo 7,8 segundos, que le permitían mantenerse sin dificultades al frente de la general. De nuevo, Juan Carlos Aguado se encontraba con problemas en una de las puertas que había en el tramo, cediendo 24,5 segundos, lo que le dejaba en décima posición de la general, ya a más de dos minutos del líder.
Con solo dos tramos disputados con relativa normalidad, se llegaba a la asistencia de mediodía, con José Antonio Suárez y Cándido Carrera como líder con el Peugeot 208 N5. Segundos se situaban Gorka Eizmendi y Diego Sanjuán, a 1:27,4, mientras que en tercer lugar encontrábamos a Javier Pardo y Adrián Pérez, a 1:36,1. Cuartos marchaban Efrén Llarena, y Sara Fernández, a 1:36,7, mientras que en quinto lugar teníamos a Jan Solans y Mauro Barreiro, que estaban a 1:42,2 del líder. José Luís Peláez y Rodolfo del Barrio eran sextos, a 1:42,9, mientras que en séptimo lugar estaban Jorge del Cid y Nerea Odriozola, a 1:51,8, por delante de Willy Villanueva y Borja Aguado, que eran octavos a 1:52,6. Completaban el top ten David Rivas y José Vieitez, a 1:59,1, y Juan Carlos Aguado y Vanessa Valle, a 2:12,2.
Los problemas con el polvo, las neutralizaciones, las anulaciones, y el mayor tiempo de salida que se concedía a los equipos, hacían que los tramos de la tarde arrancasen ya con cierto retraso. Además, y dado que los tiempos de salida entre coches eran mayores, esos retrasos no podían solventarse en los reagrupamientos, puesto que los coches de cabeza, llegarían a los tramos cuando aún estaban saliendo los pilotos del regional. Esto iba a comprometer seriamente los tramos de la tarde.
A pesar de todo, la primera pasada por los tramos de la tarde se disputaba con normalidad. En el primero de los tramos, José Antonio Suárez lograba el mejor crono, con Alex Villanueva a tan solo 6 décimas de segundo. Villanueva poco podía hacer para luchar por el podio, pero subía hasta el sexto lugar de la general, y cuarto entre los vehículos de tracción total. Tercero era Jorge del Cid, remontando también posiciones. El piloto de La Rana Mary se dejaba 5,5 segundos en esta especial, pero escalaba hasta la tercera plaza, superando a todos los pilotos de la Beca Júnior R2. Gorka Eizmendi era el cuarto, a 13,9 segundos de Suárez en este primer tramo de la tarde, lo que servía al piloto vasco para mantenerse segundo de la general. El quinto mejor crono era para David Quijada, muy retrasado en la general después de haber roto un palier en los tramos de la mañana.
En el segundo tramo de la tarde, Alex Villanueva iba a conseguir el scratch, endosándole 7,9 segundos a Gorka Eizmendi. De nuevo, los pilotos de la Beca Júnior R2 eran tremendamente rápido, siendo tercero en este tramo Javier Pardo, que se dejaba 8,1 segundos, mientras que Efrén Llarena era cuarto, cediendo 8,9 segundos con respecto a Villanueva. Juan Carlos Aguado lograba, al fin, disputar un tramo sin problemas, siendo quinto a 9,1 segundos de Villanueva, mientras que Jorge del Cid se conformaba con el sexto mejor crono, a 9,2 segundos. José Antonio Suárez se conformaba con el octavo mejor crono, cediendo 13 segundos, aunque se mantenía al frente de la general sin mayores problemas.
Pero, como decía antes, el retraso acumulado durante la mañana, y por el mayor tiempo que se concedía entre cada participante, iba a cercenar la prueba antes de tiempo. La segunda pasada por los tramos de la tarde iba a ser cancelada, debido a que muchos participantes iban a tener que competir tras la puesta de sol, lo que con el polvo podía ser un grave problema de seguridad. La mayoría de los equipos disputaban tan solo 35,05 kilómetros cronometrados, menos de la mitad de los 79,02 kilómetros previstos. Pero, dado que el primer tramo se neutralizaba tras el paso del vehículo número 12 (aunque luego se decidiese aplicar el crono de Aguado a todos los participantes), la distancia recorrida se considera que eran 46,85 kilómetros, es decir, el 53% de lo previsto, por lo que se repartían todos los puntos.
Esto hacía que la victoria, y por lo tanto el título de Campeón de España de Rallies de Tierra 2017 fuese a parar a manos de José Antonio Suárez y Cándido Carrera. Segundos finalizaban Gorka Eizmendi y Diego Sanjuán, a 1:36,2, mientras que Jorge del Cid y Nerea Odriozola completaban el podio, a 1:53,6 del vencedor. En cuarto lugar, finalizaban Efrén Llarena y Sara Fernández, a 1:55,1, por delante de Javier Pardo y Adrián Pérez, que se quedaban a 1:57,8 de la victoria. Sextos eran Alex Villanueva y Óscar Sánchez, a 2:02,4, mientras que la séptima posición era para Jan Solans y Mauro Barreiro, a 2:14,4, seguidos de Willy Villanueva y Borja Aguado, a 2:31,8 del vencedor. El top ten lo completaban Juan Carlos Aguado y Vanessa Valle, a 2:32,2, y David Rivas y José Vieitez, que eran décimos a 2:56,1.
Emoción al segundo en la Beca Júnior R2, y Dos Ruedas Motrices
En el Rallye Norte de Extremadura, la historia de la Beca Júnior R2 fue la historia de la lucha por el podio en el apartado de Dos Ruedas Motrices. Y es que, la iniciativa de la RFEdeA, contaba con tan solo 3 aspirantes en esta cita, y los tres iban a copar el podio de Dos Ruedas Motrices, sin dar absolutamente ninguna opción al resto de participantes.
Todo comenzaba en el segundo tramo de la prueba (el primero era neutralizado), donde Jan Solans marcaba el mejor crono, seguido a 7 décimas de segundo por Javier Pardo, y a 2,5 segundos por Efrén Llarena. Los pilotos de la Beca Júnior R2 ya dejaban bien claro que iban a ser los únicos en el podio, dejando en este tramo a David Rivas, el cuarto clasificado, a 9,9 segundos, y a Aritz Iriondo a 16,1. En la segunda pasada por el único tramo de la mañana, era Llarena quien lograba el mejor tiempo, recortando 1,1 segundo a Pardo, que era el nuevo líder, mientras que Solans cedía 7,9 segundos, y con ellos bajaba a la tercera posición. Por detrás, Rivas se mantenía cuarto, por delante de Iriondo.
La tarde comenzaba con un importante zarpazo de Efrén Llarena, que se ponía en cabeza de la Beca Júnior R2, y de la categoría de Dos Ruedas Motrices siendo el más rápido en el primero de los tramos, endosándole 4 segundos a Javier Pardo. Jan Solans se descolgaba ligeramente, cediendo 11,3 segundos, lo que ya le dejaba a 16 de la cabeza de la categoría. David Rivas se mantenía firme en la cuarta posición, mientras que Aritz Iriondo cedía algunas décimas con respecto a Rubén Lapuente, aunque sin peligrar su quinta plaza.
Javier Pardo se lanzaba a por todas en el segundo tramo de la tarde, que finalmente se convertiría en el último de la prueba, y marcaba el mejor crono. El piloto gallego debía recuperar 3 segundos respecto a Efrén Llarena, que se mantenía al frente de la clasificación, dejándose tan solo 8 décimas con respecto a Pardo. Jan Solans ratificaba su tercera plaza, sin entrar en la pelea por la cabeza de la prueba en esta segunda parte. Rubén Lapuente lograría el cuarto mejor crono en este tramo, toda vez que tanto David Rivas como Aritz Iriondo se limitaban a mantenerse en cuarta y quinta posición de la general, sabedores de que no podían dar caza a los pilotos de la Beca Júnior R2.
La Copa Kobe Motor fue cosa de dos
La penúltima cita de la temporada de la Copa Kobe Motor fue cosa de tan solo dos pilotos, que demostraron estar a otro nivel de pilotaje en esta prueba. Kevin Guerra era el encargado de marcar el mejor crono en las dos pasadas por el tramo B, que se disputaban por la mañana. El piloto canario parecía decidido a conseguir su segunda victoria de la temporada, dejando atrás su racha de abandonos, pero Ramón Cornet no se lo iba a poner fácil, y en estos dos tramos tan solo se dejaba 4,7 segundos. Tercero en discordia, tras los dos tramos de la mañana, era Iván Fuertes, pero ya a 32 segundos de la cabeza de la prueba, liderando un grupo formado por José Carlos Mulero, Álvaro Vela, y Benjamín Avellá. El segundo clasificado de la copa, Antonio Otero, no podía pasar de la séptima plaza en estos tramos de la mañana, acusando cierta falta de ritmo.
En el primero de los tramos de la tarde, Ramón Cornet iba a sentenciar la prueba, marcando un crono estratosférico, en el que le endosaba 17,1 segundos a Kevin Guerra, que cedía de este modo el liderato. Cornet remataba la faena con el mejor tiempo también en el siguiente tramo, el último del rallye, logrando así su segunda victoria de la temporada. Guerra, por su parte, prefería no tomar riesgos, y asegurar su segunda plaza. En el tercer lugar, finalmente José Carlos Mulero lograba superar a Iván Fuertes, que debía conformarse con el cuarto puesto final, por delante de un Antonio Otero que por la tarde se mostraba ya con un ritmo más acorde a lo que nos tiene acostumbrados, minimizando así los daños.